Fabián es un muchacho de no más de veintitantos años, que lleva una vida entre los sabores y sinsabores del amor, tratando y en el intento de encontrar a la mujer de su vida, en su inexperiencia con las mujeres le toca pasar por muchas aventuras, algunas divertidas, unas trágicas y otras tristes, donde literalmente juegan al ping pong con su corazón. Una divertida novela juvenil, basada en las experiencias de Fabián, que también son las mismas que le suelen suceder a muchos jóvenes de su edad. La mayoría de ellas se encuentran tatuadas en este libro, en la que él nos cuenta su vida con ellas, con las mujeres que perdió por ser un mujeriego. A algunas de ellas, les escribe cartas creyendo poder recuperarlas de alguna forma, las mismas, que por supuesto, no tienen respuesta.

Raulín Herrera

Me considero un tipo inteligente y perezoso, pero insoportable cuando trato de ser sincero. Soy un romántico maniaco depresivo, infiel a mi soledad, tímido y coqueto, vanidoso al punto de ser casi un metro sexual.

Todos los lunes empiezo mi dieta pero el martes la termino abatido por la tentación y será por eso que mi panza continúa expandiendo sus dominios. Soy un vago muy empeñoso cuando tengo que serlo. Nunca consumí drogas, ni las volveré a probar. Creo en el amor a primera vista aunque sufra de astigmatismo.

No soy chismoso pero me encanta Magaly. Soy muy maduro aunque mi canal favorito sea Cartoon Network y juegue con los muñecos de Ben 10 de mi hijo. Soy un aburrido y creo que siempre me aburriré de manera mortal. Las mujeres dicen que soy lindo, tierno, gracioso pero yo sé que muy en el fondo conmigo ni a misa.

Tengo todas las ganas de poder rugir, ladrar y aullar como mi gigantesco perro siberiano que se caga de miedo cada vez que un pequinés se le pone en frente. Soy muy guapo y bella persona, sólo que para apreciarlo debes de tomarte una caja de chelas.

Nunca encuentro lo que busco, porque nunca busco nada. Siempre pierdo todo, hasta la cabeza. Soy un desordenado del demonio, pero adoro el orden. Me río todo el tiempo, y casi siempre de mi mismo. No me gusta la hipocresía aunque haya aprendido a falsear mi sonrisa. Quiero estar quieto, pero me gusta andar de gitano. Me gusta jugar, pero no que jueguen conmigo. Me encantan en demasía las mujeres, más si tienen enamorado. Me deleito cantando, pero en el baño. Soy un fanático de la limpieza, aunque juegue sucio. Me gusta cocinar, pero no como lo cocino. Soy un buen padre, a pesar que mi hijo busque en los clasificados un papá nuevo.

En mi vida ya probé de todo tan solo basta mencionar que: ya fumé, ya tomé, ya dejé, ya me dejaron, ya viajé, ya pegué, ya sufrí, ya huí, ya me fui, ya volví, ya fingí, ya mentí, ya amé, ya jugué, ya conviví, ya me libré, ya embaracé, ya la bajé, ya me perdí, ya me encontré, ya me confundí, ya me ilusioné, ya desconfié, ya dudé, ya me caí, ya me levanté, ya di la cara, ya estafé, ya me enyucaron, ya atrasé, ya me atrasaron, ya escribí, ya me compliqué, ya me puse aretes, ya me tatué, ya reí, ya lloré, ya perdí, ya gané, ya follé , ya gocé, ya bailé, ya estuve ansioso, ya tuve miedo, ya me empaché, ya me tiré pedos, ya fui sincero, ya fui metódico, ya fui impulsivo, ya fui psicólogo, ya fui fanático, ya fui anónimo, ya fui pendejo, ya fui un santo y ya todo esto me llegó al huevo.

Acéptame como soy, o mírame como me voy... piénsalo.
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