Fabián es un muchacho de no más de veintitantos años, que lleva una vida entre los sabores y sinsabores del amor, tratando y en el intento de encontrar a la mujer de su vida, en su inexperiencia con las mujeres le toca pasar por muchas aventuras, algunas divertidas, unas trágicas y otras tristes, donde literalmente juegan al ping pong con su corazón. Una divertida novela juvenil, basada en las experiencias de Fabián, que también son las mismas que le suelen suceder a muchos jóvenes de su edad. La mayoría de ellas se encuentran tatuadas en este libro, en la que él nos cuenta su vida con ellas, con las mujeres que perdió por ser un mujeriego. A algunas de ellas, les escribe cartas creyendo poder recuperarlas de alguna forma, las mismas, que por supuesto, no tienen respuesta.

Cruzando el límite del amor virtual hacia la realidad



Gracias a una de las muchas páginas web que tengo colgadas en la red, pude conocer a una amiga, ella se llama Isabel, es peruana pero vive en Sevilla, España, tiene 22 años. Por casualidad había caído en mi web, le pareció interesante el contenido y me envió un correo felicitándome, regalándome saludos y obviamente dejando su correo para agregar al mío. Obediente la agregué a mis contactos y una tarde, una de esas tantas aburridas, recuerdo que no tenía nada de trabajo que hacer y lo único en que me entretenía era navegar sin rumbo en la Internet, hasta que de pronto ¡tukutín! se conectó Isabel. El clásico sonido del Messenger marcó el inicio de una agradable y extendida conversación. Tan entretenida y alargada fue la conversación que presos de los temas de la conversa ésta se prolongó hasta la madrugada.

Isabel era maestra de inicial en España, vivía con su madre, pero tenía algún otro familiar por ahí, una prima de la que siempre me comentaba, de quien decía que se desempeñaba como niñera, un trabajo del que disfrutaba haciéndolo ya que le encantaban los niños y que además vivía en la misma ciudad.


La relación con Isabel era muy divertida, de mucho afecto y de atención por las cosas que nos sucedían con nuestras familias y las cosas del trabajo, pero había algo distinto en Isabel que hacía que la viera de manera diferente. Por lo general cuando yo llegaba a ese grado de confianza con un chica ya me la imaginaba siendo mi enamorada, pero a Isabel la sentía más como una gran amiga, como si fuera mi hermana, que mirarla como mujer, era algo raro en mi.

Una mañana ya casi hacia el medio día se conectó y conversamos de lo bien que le había ido en el jardín con sus niños y como en todas las charlas empezó a hablarme de su prima, nunca antes me preocupó por saber su nombre, pero esta vez me lo dijo: Fiorela; de tanto que escuché de ella sentía que ya la conocía, después de unos minutos de pronto por arte de magia o de la tecnología se apareció Fiorela en la misma ventana virtual por donde conversaba con Isabel, era una charla múltiple. Isabel nos presentó, Fiorela me agregó a su lista de contactos, fue algo muy chévere, me sentí muy nervioso, no se qué me pasó, no sabía que decirle, me quedé estupefacto sin poder escribir ni siquiera los puntos suspensivos y después de un zumbido Fiorela me hizo volver en sí, por lo que pude ver en la imagen de su avatar, es decir en la ventana para las fotos de su msn, era una chica muy guapa con un cuerpazo, un tanto rellenita como ella misma se define. Bueno ya sabes así me gustan con carnecita, bueno en fin, no pude conversar mucho esa tarde pues tenía que salir a una entrevista con un cliente, me despedí encantando realmente de haber podido conversar con ella. No me había pasado esto con una chica y menos por un medio tan frío como el Messenger…hicimos click! jijiji.

A la tarde siguiente me preocupaba que Isabel no se conectara y a través de un correo electrónico me dijo que tenía problemas con el internet en su casa, problema que se prolongó toda una semana. Pero mi consuelo fue que Fiorela si estaba conectada y en medio de tanta charla me confesó que su prima le había hablado mucho de mi, es decir le había contado casi toda mi vida y otra cosa que me dijo, que fue de su propia iniciativa, la de pedirle a Isabel que me presentara, en ese momento me sentí halagado, mi ego ya estaba por las nubes, de esta manera pasó el tiempo, los meses conversando y conversando interminablemente por el msn, no dejábamos de descubrirnos cosas en común, nos matábamos de la risa a través de la videoconferencia, era muy divertido, cada día algo distinto.

Un 14 de febrero nos hicimos enamorados, mejor dicho “ciber novios”, yo me encontraba loco por ella, fue muy difícil al comienzo, alguien que haya mantenido o mantenga una relación por internet sabe de lo que hablo, la confianza es algo difícil de mantener, los celos es algo inevitable, pero los supimos manejar, pasaron unos cuatro meses y algunos días hasta que me dijo que se iría de vacaciones, que iba a recorrer algunas ciudades de España y que no se conectaría en varios días. Mientras mi relación amical con Isabel iba bien, ella feliz porque estaba con su prima.

Pasaron unos días después de su aviso vacacional, suena mi teléfono celular y al otro lado de la línea estaba Fiorela, contándome que estaba en Madrid, y a lo que yo solo pude responder fingiendo gusto: “Ah que chévere, me alegro, estoy feliz de que estés conociendo nuevos lugares”, a lo que ella me preguntó de inmediato: “¿Puedo verte hoy?”, “¿Qué hablas?” le dije, ella agregó: “Sí, hoy mismo, estoy en Lima quiero verte, dime dónde nos encontramos, estaré en la ciudad un mes” me quedé frío de sorpresa y a la vez muy feliz. Decidí que la cita se llevara a cabo en el Parque Kennedy en Miraflores a las 7 de la noche.

Esa noche de invierno estuve muy puntual, con mucha prisa había ido primero a mi casa a darme un duchazo y a ponerme bien presentable para la ocasión, pero…pasó una hora, dos horas, hasta que ya faltando unos minutos para las 10 de la noche me retiré del lugar ya cansado y mareado de dar tantas vueltas al parque.

Al siguiente día me llamó a mi celular disculpándose, se excusó diciendo que aquella noche le habían robado su cartera con todo y celular, estaba acompañada de su tía que se puso nerviosa por lo sucedido, fijamos otra cita para el día siguiente, yo tenía mucho trabajo y no podía para esa misma noche. Así fue, el siguiente lugar escogido fue el Jockey Plaza, un sitio más cerca de mi casa, por sí las moscas. Al igual que la cita anterior me preparé con mis mejores trapos, me arreglé el cabello como nunca, en realidad casi no lo hago, solo agüita y ya. Nuevamente parado esperando, esta vez había comprado una flores, la gente pasaba por mi lado y yo con las flores en la mano, al comienzo me daba un poquito de vergüenza, pero con el tiempo como en la cita anterior pasaban las horas y nada que se parecía Fiorela, ya molesto y sin ganas de querer saber nada de ella apagué mi celular y me quité enfadado a casa. Al final las flores pasaron a adornar mi sala como un regalo a mi madre. Aquella noche no pude dormir, estaba muy molesto y dolido, no quería saber nada de mujeres y menos de Fiorela.

A la mañana siguiente, por suerte fue domingo decidí salir de compras al súper mercado para la casa, ya allí dando vueltas por los pasillos creí ver una alucinación, pensé tanto era la bronca que le tenía en ese instante a Fiorela que la veía en todos lados, creí visualizarla comprando dulces y me dije: “ No, no es ella, no puede ser, como es posible que en tantos lugares y súper mercados que hay en Lima y ella esté precisamente aquí” seguí mi camino, pero en mi cabeza seguía ella, volví al lugar donde creí haberla visto, quería confirmar de cerca si era ella o no y ¡plop! ya no estaba. Bueno ya resignado di por terminado el caso de Fiorela, me acerqué a la sección de lácteos y de pronto sentí un abrazo por detrás, muy asustado sin saber que pasaba me doy vuelta y al hacerlo siento que me estampan un beso en los labios y unos brazos que me cogían como tentáculos de pulpo muy fuerte del cuello, era Fiorela, con esa acción tan loca toda la cólera se me fue, ya no me interesaba saber los motivos por los cuales me plantó las noches anteriores, el caso es que ya estaba ahí, conmigo. Pero que beso para más rico que duró varios minutos, no nos importaba el resto de la gente, éramos solo ella y yo, como dice Arjona: “Mira que el destino es grande o esta ciudad es chica”, pero lo chistoso es que yo llevaba unas fachas, vestía un pantalón buzo, unas zapatillas que uso normalmente para estar en casa y el polo manga larga que hace las veces de pijama y que además pasa piola para ir al súper, nada que ver con la ropa de las otras noches de citas frustradas.

Después de eso pasamos el resto del día juntos, almorzamos, fuímos a comer helados, yo me olvide por completo de hacer las compras y así llegó la noche nos fuímos a casa de su tía, ya era tarde, todos se habían ido a dormir y fue entonces cuando me pidió que me quedara con ella, deseaba pasar la noche conmigo, yo también lo deseaba, entre tantos besos, abrazos, caricias, toqueteos y más la noche fría ya se había calentado, pero…no estaba listo todavía, no me refiero física ni psicológicamente, solo que me daba vergüenza lo que llevaba puesto, muy aparte del buzo y el polo de dormir que llevaba, por debajo tenía puesto un calzoncillo que tenía desde hace dos años sin elástico con algunos parchecitos y un par de medias con huecos en el talón, desgastados por el uso, me daba mucha vergüenza sacarme algo y que ella viera toda esa basura que usaba como prenda íntima y me dije: “ni cagando me saco algo delante de ella, huy, no, nada que ver”, le di la excusa de: “sorry amor, es queee no avisé yyyy felizmente estoy cerca de mi casa, que te parece si lo dejamos para mañana si?”, que tonto perdí la oportunidad de mi vida, de estar con este hembrón y todo por no tener unos calzoncillos y unas medias decentes, el encuentro se postergó hasta nuevo aviso.

No me quedó otra que además de la excusa entregar la prematura despedida y un hasta más tarde quejumbroso. Desde ese momento, las horas pasaron con una lentitud agónica. De vuelta a casa, los postes de las calles corrían como en sueños complicados, surrealistas, en medio de mi respiración agitada y un sentimiento de bronca solamente me quedaba esperar una revancha en la que seguramente debía coronar mis locos deseos y mis más caros instintos humanos.

Como dije anteriormente mi Fiorela llegó a la casa de su tía en Surco, distrito relativamente cerca de donde yo vivo, pues le resultaba muy fácil venirse todas las mañanas a mi casa y aprovechaba en acompañarme mientras trabajo, ahí mismo tengo mi oficina, mi centro de operaciones. Ya casi al anochecer y terminada la jornada, salíamos a dar una vuelta por la ciudad, nos divertimos muchos, íbamos al cine, al parque de diversiones, a las discotecas, etc.

Una noche de sábado al regresar de la disco pasé a dejarla en la casa de su tía, ya en la puerta esta vez fui yo el que pidió quedarse. Ni bien al cerrar la puerta empezó la batalla de besos y mordidas, empezamos en la sala pasando por la cocina, las escaleras, el pasillo y finalmente la habitación, con decirte que fue algo mágico es poco, felizmente el hombrecito se comporto a gran altura, así amaneció y la escena terminó en la ducha.

Solo nos quedaba una semana, aprovechamos todo lo que podíamos, la pasión era intensa hasta el último día, pero mientras pasaban los días éramos concientes también que no debíamos dejarnos llevar tanto por lo que sentíamos en ese momento, ya que cuando separáramos sufriríamos mucho, pero al final no nos arrepentimos. Total quién nos quita lo bailado y lo sudado.

La última tarde se apareció en mi casa, llevaba una mochila, en la cual había un peluche y una pintura en aerosol, me dijo: “Aquí a la vuelta hay un parque y vi una pared limpiecita, ven vamos” me cogió de la mano y me llevó. Al llegar al parque con ese desenfado que me encantaba de ella pintó nuestros nombres enlazados a un corazón en una pared situada frente al parque que por suerte era de una casa que aun no construían, dicho sea de paso el graffiti aún continúa.

Llegó el día en que tenía que partir, ya en el aeropuerto nos dijimos muchas cosas bonitas, con planes así como promesas, pero viendo ahora las cosas ya fuera de la calentura del momento, pienso que pertenecemos a dos realidades muy diferentes, ella tiene su vida allá y yo la mía aquí o quizá como ella piensa y dice más optimista que yo: “Cuando se quiere de verdad se puede lograr lo que te propongas, mientras haya amor todo es posible” ojala que esas palabras sean ciertas y sean como un vaticinio para una relación futura, de verdad que deseo mucho que sea así. Pero mientras eso llegue sigo con mi vida,

A esta historia que dio un salto del mundo virtual al mundo real, tanto Fiorela como yo decidimos ponerle como frase final “continuará…
.
Gracias Fiorelita, por ser tan linda...

9 comentarios:

Fiorela dijo...

Wow!! Es Increible Con Sólo pensar que SOy la Protagonista de esta y única Historia que jámas podre Olvidar y mucho menos negar
Se que increible vivir algo asi
pero sabe que? Es una experiencia mágica

Gracias Raul!
Es Increible como es que has podido matizar todo desde un principio
y tan maravillosa memoria que tienes

Chicos y chicas y a todas Esas Personas q se sientas indentificadas con esta historia creanme ustedes mismos deben saberlo
cada instante con tu pareja en ese momento es mñagico e inolvidable lo recuerdas todo minusiosamente

y a todas esas personas q han pasado por experiencias no muy buena ...Creanme no todos son iguales Personas como yo tubimos la suerte de vivir algo super fantastico tanto q aun me cuesta asimilarlo...como bien dice el...
Todo Esto Continuará y como digo yo todo esto estara reforzado con la confianza y las ganas de seguir cpomo hasta ahora

te digo Otra vez Raul Gracias y no me hubiera importado tus calzoncillos y mucho menos tus medias aunq le da un puntito divewrtido ala histora


Te Kiero Bss!!! y porsupuesto q a tu nene Tmb

Anónimo dijo...

Que lindo y que divertido, todas las chicas queremos un novio asi, pero que obviamente a la mayoria no nos gustaria figurar en tu blog.

Sigue escribiendo asi, que a lo mejor me animo y te visito.

Anónimo dijo...

¿Cuándo era esto y si aun sigáis en contacto?

Anónimo dijo...

ah, he visto los comentarios y ya veo que sí. ;) Me alegro mucho pero entonces, ¿aquí van a acabar tus memorias de "las muejeres que perdiste"?

Raulín Herrera dijo...

No Costarosa, aún tengo mucho que contar, a mi corta edad tengo experiencias muy simpáticas como decepcionantes, jijiji tengo material para rato.

Anónimo dijo...

Hay que estar como los boy scouts...siempre listos... muchas veces aprendemos con dolor... y ati te hja sucedido algo asi...Raulín, pero no te desanimes

Anónimo dijo...

huy mi nño te dejaron plantado dos veces, que maluca, pero al final que bueno que lo isfrutaste solo que el final un poco triston.

que divertido lo de los calzoncillos...jijiji, me rei mucho con eso

Anónimo dijo...

hola raúl, si es cierto, caí casualmente a tu blog, aún no termino de leer la historia porque siempre estoy de un lado a otro pero claro que lo haré y que chévere que hay muhco chikos de Iqt que se expresan en un blog.

Nos leemos. Lupe

Anónimo dijo...

ho0la q tal genial historia... real!!!!!!!!!

bexoz

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