Fabián es un muchacho de no más de veintitantos años, que lleva una vida entre los sabores y sinsabores del amor, tratando y en el intento de encontrar a la mujer de su vida, en su inexperiencia con las mujeres le toca pasar por muchas aventuras, algunas divertidas, unas trágicas y otras tristes, donde literalmente juegan al ping pong con su corazón. Una divertida novela juvenil, basada en las experiencias de Fabián, que también son las mismas que le suelen suceder a muchos jóvenes de su edad. La mayoría de ellas se encuentran tatuadas en este libro, en la que él nos cuenta su vida con ellas, con las mujeres que perdió por ser un mujeriego. A algunas de ellas, les escribe cartas creyendo poder recuperarlas de alguna forma, las mismas, que por supuesto, no tienen respuesta.

Siempre escribiré sobre ti y pensando en ti, Alexandra



Hola Alexandra, ya pasó muchísimo tiempo de la última vez que hablamos, no se nada de ti, te llamo a tu teléfono, pero no me contestas, ni a los mensajes que dejo en tu contestadora. Entiendo que quizá sigas resentida conmigo por la forma que terminamos y de la manera que me comporte contigo, fui todo un patán, un idiota. Te decepcioné, entiendo ahora muy bien que no debí causarte tanto daño y aún sabiendo que estabas muy enamorada de mi, me sentí confundido en cuanto a mis sentimientos, me asustó mucho cuando me propusiste para irnos a vivir juntos, que querías ser mi mujer y tener un par de hijos conmigo, yo aún no quería eso, ese era tu sueño, no el mío, perdóname que te lo diga ahora y de esta manera, ya conoces perfectamente mi visible cobardía, recuerdo cuando te decía que también quería hacer una vida junto a ti, que a pesar de mis flaquezas, mis confusiones y mis miedos a los compromisos te confesé que tu eras la mujer de mi vida, cuando te lo decía llorando, abrazándome a ti, te juro que lo sentía de verdad y tampoco exagero cuando te digo que fuiste tú, Alexandra, la primera mujer de la que, arrastrado por una pasión ciega y dolorosa, me enamoré.


Todavía logro divisar entre las nieblas de mis pensamientos, los recuerdos de aquella tarde en la que nos conocimos, ¿te acuerdas, Alexandra?, fue el verano del 2006 la primera vez que tuve la dicha de apreciar tu belleza, coincidimos en un paradero de autobús en Miraflores, allí en medio del bullicio, del smoke y del estresante trafico de Lima, parecías como una flor en medio del desierto, con tu cabello castaño que se movía suavemente con el viento, tu piel clara y tus lindos ojitos color caramelo, también recuerdo que llevabas una minifalda jean y una blusa blanca, por suerte tomamos el mismo carro, para mi felicidad había solo dos asientos libres, tu te sentaste en la primera fila y yo a espaldas del chofer, estabamos frente a frente. Yo leía un libro y de reojo te miraba, no podía quitar mis ojos de ti y en un ataque de valentía, cosa que no es muy común en mi, saque de mi bolsillo una tarjeta personal, en ella solo decía ¿Amigos? Y claro además de mi nombre, mi número de celular y mi correo. ¿Qué lanzado fui verdad? Tu me agradeciste meses después ese lapsus valentis, ya que de no ser por aquella audacia fugaz, nunca hubiéramos hablado. En el instante que te di la tarjeta te sorprendiste, me di cuenta por la expresión que pusiste en tu rostro, no cruzamos palabras en ese momento solo un par de tímidas sonrisas, hasta que minutos después rompiste el silencio preguntándome acerca del libro que estaba leyendo:
  • Esteee - miraste la tarjeta – Fabián...que libro estas leyendo?
  • Camila – te sonreí.
  • No me llamo Camila – me respondiste con inocente sonrisa – mi nombre es Alexandra.
  • Mucho gusto Alexandra, pero el libro que estoy leyendo se llama Camila – te dije mostrándote la tapa del libro y nos reímos juntos.
  • Ah si claro, si lo leí.
Durante todo el camino conversamos sobre este y muchos otros libros que habíamos leído, me encantó tu afición por los libros, en realidad no conocía a ninguna chica que le agradara tanto leer y peor aún que le gustara el mismo tipo de literatura que a mi. Me puse nervioso al momento que me tomaste del brazo cuando te dije que mi sueño era convertirme en un gran escritor algún día, de publicar libros y todo ese rollo intelectual. Alexandra, es más no te dije que ya venía escribiendo una novela en aquella época, la cual nunca terminé. Te tuviste que bajar unas cuadras antes que yo, felizmente vivías muy cerca de mi casa. Te despediste con un besito muy efusivo y con la promesa de que nos volveríamos a ver. Ese día ya me sentía enamorado de ti.

También quiero hacerte recordar del viaje que hicimos a Máncora, aquel inolvidable viaje que hicimos por el cumpleaños de tu primo, aún éramos amigos, la fiesta estuvo súper, nosotros terminamos casi borrachos, bailamos mucho para no seguir tomando, hasta que por fin logramos escaparnos y fuimos a caminar por una playa cercana, correteábamos, gritábamos como locos de la noche y en medio de carcajadas nos tiramos en la arena mirando las estrellas, teniendo a la brisa del mar que te acariciaba graciosamente el cabello, a la luna y demás astros como testigos, tu mi bella Alexandra, me confesaste tu amor, te me tiraste encima y me besaste apasionadamente. Aquella noche en un cuarto de hotel tuve la suerte de conocer tus bellísimos senos, pues me concediste la dicha nunca bien agradecida de acariciarlos, besarlos y sentirlos altivos, aunque, buena alumna de colegio religioso me prohibiste explorar y recorrer los embrujos al sur de tu ombligo. Después de mucha insistencia de mi parte logré convencerte y fui tu primer hombre, me dijiste que fue especial porque lo hiciste por amor, por amor a mi.

Miro con nostalgia aquellas noches cuando me llamabas al celular para decirme: “Ya báñate y cámbiate, quiero que estés lindo, en una hora paso por ti para ir a tonear, es una orden”, una hora después tu llegabas en el carrazo de tu papá, un exitoso empresario que te daba todo los lujos que una princesa como tu se merecía, una inmensa casa por no decir mansión en la Molina, socia de los grandes clubes de la aristocracia limeña y entrada libre para asistir a las discotecas más pitucas de la ciudad, pero aún no entiendo porque esa tarde que nos conocimos viajaste en bus como cualquier mortal….quiero creer que fue el destino.

Al llegar a la discoteca ya sonaban los primeros hits cumbiamberos que empezaban a ponerse de moda, fue en ese instante cuando te digo para bailar, me percaté que llevabas tacos altos, los mismos que te elevaban unos centímetros por encima de mí, aún sin tacos eras más alta que yo, esa noche yo llevaba puestos mis viejas y ya conocidas zapatillas toneras, que lejos de elevarme, sentía que me hundían más en el piso por lo desinfladas que estaban las plantillas. Pero a ti Alexandra eso no te importó y te vacilaste rico, me besabas apasionadamente en medio de la pista de baile, estabas muy enamorada. Al comienzo me dio pena por mi chatura, hay veces que me acomplejo por mi baja estatura, por mis escasos 170 centímetros, me sentí como en la época de colegio, cuando todos los lunes, día de formación en el patio central, siempre era el primero en la fila por ser el más enano. Para darme valor y levantarme la autoestima se me vino a la mente aquellas citas que leí en algún lado, eso que dice “los perfumes caros vienen en frascos chicos”. Tu me dijiste: "No eres chato, solo que yo soy alta tontito". Aquella noche fue súper. Sabías tanto a pesar de tu corta edad, eras tan madura, aprendí mucho de ti, tu de 18 y yo de 24.

No me perdono lo tonto que fuí al traicionarte con aquella chica del instituto, nunca pensé que te ibas a aparecer por el lugar esa tarde que yo estaba con ella, quiero pensar que fue una trampa impuesta por algún envidioso, yo se que alguien te llamó para que fueras, tu nunca te aparecías así sin anunciarte antes con una llamada. Pero no busco justificar mi estupidez, no debí acceder a los malos consejos y a las mañas de esta chica, pero nada de lo que te diga ahora, borrará la cicatriz causada por esa herida que fue mortal para nuestro amor. Alexandra te pido que alguna vez me puedas perdonar. Antes de ese incidente me sentía tan seguro de tu amor por mi, pero al verte derramar esas lágrimas de cólera, y al ver que esa linda mirada color caramelo ya no serían más de amor para mi, supe que ya te había perdido para siempre, no imaginaba mi futuro prescindiendo por completo de ti. Fui tu amigo, tu amante y confidente protector, masajista y cosquilleador. Aquel infortunado día fue la última vez que te vi.

Quise que pasara por lo menos un mes para poder hablar contigo. Cuando fui a buscarte a tu casa, la empleada me dijo que habías viajado a San Francisco, Estados Unidos, y que no sabía cuando volverías, fuiste a estudiar. De eso ya ha pasado cerca de un año y ni una noticia tuya.

Ahora estoy solo y en silencio en mi habitación, escribiéndote, ya sabes así es como me gusta pasar los días. He apagado el celular, se que no me llamarás. Ahora tengo que aprender a ser fuerte y no llamarte más, no por rencor, sino por respeto a ti. Se que con suerte más adelante el destino organizará, a su traviesa manera de hacer las cosas un encuentro inesperado entre nosotros, ya habrá tiempo de encontrarnos otra vez. No quiero hacerme ilusiones pero prefiero pensar que no te veré más, escribo esto “no te veré más” y me duele mucho. Sólo me consuelo con los recuerdos de ti. Por eso he querido escribir esta carta para seguir queriéndote, para no olvidarte. Ahora tengo que vivir con mi contrariada ilusión de verte y la amargura de sentir el silencio de tu indiferencia.

Se que no me escribirás tampoco, por lo visto has decidido extirparme de tu memoria como se retira a un tumor canceroso, al que después, para seguir viviendo a plenitud tienes que olvidar.

Para terminar solo me queda decirte que te escribo porque te extraño, fuiste mi primera musa y mi preferida también. No me atrevo a decirte que nunca más escribiré sobre ti. Quizá siempre escriba, sobre ti, pensando en ti. Es lo que estoy haciendo ahora. Gracias a ti escribo. Es una manera de decirte que, aunque no me llames y no me hables más, siempre te voy a amar.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

Lindo hasta las lagrimas, siempre logras estimular esos sentimiento en mi, eres un loco. Me vas a decir también que este personaje es mera ficcion?
Besitos

Anónimo dijo...

Bien man, chevere me gusto mcuho, sobretodo la ultima parte

No me atrevo a decirte que nunca más escribiré sobre ti. Quizá siempre escriba, sobre ti, pensando en ti. Es lo que estoy haciendo ahora. Gracias a ti escribo. Es una manera de decirte que, aunque no me llames y no me hables más, siempre te voy a amar.

Preciosa dijo...

Oye ya me puse celosa, x ultimo primero dijiste k yo era tu musa, ahora me sales con sta historia, mira k yo tb tengo mi propia historia "Una Llamada Inesperada" hmmm jejeje cuidate mucho chonto es una broma ah!!.

Yoshi dijo...

Oe man bien maleado eres ah!!! como vas a poner su foto, ahora te denuncia jejejeje. Cuando le vas a escribir algo inspirado en Mario Ayllon jajajaj

Anónimo dijo...

Romantico hasta no mas, ya quisiera estar en los zapatos de Alexandra.

Pero malazo lo que le hiciste.

Anónimo dijo...

me parece muy interesante, espero q solo sea parte de tu inspiracion y no te tu vida pasasda,sigue escribiendo q lo haces muy bien y aun te falta muchas historias por contar verdad?

Yoshi dijo...

A todo esto la flaca esta muy linda man!!! xq la cagaste? bueno pues, para que aprendas a hacerla jejejeje y de veras malazooo...!!!

Anónimo dijo...

Siiii!!! la chica esta muy guapa, pero chonto es todo un maestro en la materia, eso de la tarjetita esta buena...la apunto para ponerla en practica

LA TIGRITA dijo...

Sabes? yo también me siento identificada con tu historia, aunque no es exactamente igual, si dañe mi linda historia de amor, ahora me toca resignarme a mi nueva vida en solitario.
Cuando yo era feliz y no lo sabia, me las creia todas y eche a perder lo más lindo que tenia, me resigno pensando que no era para mi...

Gracias por la visita, yo me quedo enganchada a tu blogger y desde ya me hago tu seguidora.
Besos felinos desde Venezuela!!!

Anónimo dijo...

Oye loquito, pero tu no eres chato.

Muy linda historia y original tu manera de presentarte con la chica, solo es digno de ti.

Besos nos vemos pronto, no te hagas extrañar.

Anónimo dijo...

gracias .... las cosas pasan por algo y si alomejor un futuro no lejano nos podamos encontrar pero mirándonos a los ojos ... y ver a la persona de la cuál nos enamoramos .... besos a mi bb .... y gracias por el escrito y el mail...... chau !!!


pd: sorry mi ausencia pero era necesario sanar algunas heridas (si es q estan sanas)

Pedro Genaro dijo...

Muy interesante...considerando que tú tenías 24 y ella 18 (sea ficción o no) y teniendo en cuenta además que esta muchacha es PRECIOSA y por lo que dices, espontánea, cariñosa, inteligente, y por si fuera poco...con aficción por la buena lectura...tú no eras inmaduro sino LOCO. Esas mujeres son como el Cometa Halley...llegan a tí una vez (tal vez dos) en la vida...si alguna vez entras en curso de colisión con ella o con una mujer que la emule...aprende de la experiencia y abre un blog que se llame..."La mujer que gané".

Anónimo dijo...

En serio todo eso lo has escrito tú, me sorprendes, pensé que eras de los que viven la vida a prisa, y para escribir se necesita algo de tiempo, pero te felicito, está super que hagas eso, pa´lante.

Anónimo dijo...

Oe que linda la flaca ... si ke l fregaste chonto

Anónimo dijo...

ESta de la ptm chonto, nunca pense que en ese loco habia todo un escritor

MUSMUKEANDO - FRANZ MAX dijo...

siempre hay una k deja esa inspiracion!

saludos!

Anónimo dijo...

yo también te amo y siempre lo haré aunque estemos separados y en caminos diferentes!!!

Anónimo dijo...

ya no estamos en caminos diferentes ... Dios nos esta uniendo para siempre !!!! TE AMOOOOOOOOOOOOO MI VIDAAA CON TODA MI ALMA !!!!

justinfox dijo...

jujuju que chido =)

Felicitaciones...

Confieso que sin querer entre y me puse a leer y leer hasta que me quede pegado y se puso Bien entretenido.

Felicitaciones Chonto esta Chevere :)

Shakespeare Peruano (H)

Anita Saldarriaga dijo...

es una de las mejores historias que he leido, estuvo linda y sobretodo romantica

Jenny C dijo...

que lindo, que tierno, que sufrimiento.. hombres con esa sensibilidad quieroooooooooo

pxvel dijo...

yeahh men, que historia, sin duda alguna es muy original, como para novela. Te diré que ya es una de mis preferidas. Poetazo
PVL

Américo dijo...

La primera parte esta muy interesante...una historia del tipo de las romanticas telecomedias que le gustaria a Efrain Aguilar...

El final no me gusto para nada, sigue mejorando

Saludos

Raulín Herrera dijo...

Esta lindo tu historia Raul, pero falta que cuentes el mio jjijijijij

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