Eran las 08:35 de la madrugada, perdón, de la mañana de un domingo de los tantos fríos y relajantes cuando sonó mi celular. Yo estaba trasnochado, después de una salida de sábado con mis amigos para disfrutar de la música y muchas cervezas. Al contestar escuché la voz de una mujer, medio sonámbulo no pude distinguir de quién se trataba.
- Hola Fabián, soy Jéssika… ¿te desperté?
- Holaaaaa… ¿despertarme? bueno si, pero no te preocupes, ¿cómo estás? ¿A qué debo este milagro? –contesté con voz somnolienta.
- Pues se debe a que viajo a Lima la próxima semana y me gustaría que nos viéramos.
- Sería genial, entonces cómo hacemos…mmm déjame ver… ah ya se!!!, voy a recogerte del aeropuerto ok?
- Si, chévere…
Después coordinar, Jéssika colgó y para ese entonces ya se me había ido todo el sueño y la trasnochada, me sentía renovado y feliz por la llamada de la subyugante mujer que después de más de tres años mostraba sus deseos de volver a verme. Bueno debes estar preguntándote por qué tanto entusiasmo y euforia ante la simple llamada de una chica, pero para mi ella no es una simple chica y te contaré las razones. Aunque ella me dijo una vez que no escribiera acerca de nuestra historia… sorry pero no puedo conmigo mismo.
A Jéssika la conocí en la universidad, ingresó el mismo año que yo, era mi mayor por unos meses nada más, delgada de buena figura, trigueña, cabello castaño hasta los hombros, labios finos, ojitos negros y mirada picara, aunque por lo lindísima que era no me llamó mucho la atención cuando la conocí, debo reconocer que no fue un amor a primera vista, pero rápidamente nos hicimos amigos, muy buenos amigos, conversábamos bastante, andábamos juntos para todos lados, nos contábamos todo, absolutamente todo, así nos llegamos a conocer muy bien el uno al otro.
Comencé a salir con otras chicas, ella permanecía sola, aunque galanes y pretendientes no le faltaban, pero ella no era de las chicas que le decía sí a cualquier machito que se le ponía en frente. Luego yo me encapriché con una muchacha, me gustaba mucho y estaba hecho un baboso por ella, así estuve como siete meses hasta que la relación terminó justo cuando ya pensaba dejar de ser un mujeriego para ser el hombre más fiel del mundo por lo templado que estaba, la muchacha ésta se portó mal conmigo y di por terminada la relación.
Esa misma noche me dirigí a casa de
Jéssika, por suerte la encontré y me desahogué con ella, le solté toda la bronca que tenía, ella como toda buena amiga me escuchaba atentamente y trataba de hacerme sentir mejor, me abrazaba y acariciaba como nadie antes lo había hecho, lo digo en serio me hizo sentir muy bien, tanto así que me olvidé por unas horas de mi ex. Entre tantas caricias, abrazos y

palabras bonitas, le agradecí todos esos gestos que me hicieron levantar el ánimo y le dije que me gustaba mucho, no solo como amiga sino como mujer: “
Eres la mujer que cualquier hombre quisiera tener a su lado, ¿cómo no te había visto antes de esta forma?” decía mientras la tomaba con una mano por la cintura y con la otra su mentón, la besé en los labios, ella me correspondió, y de esta forma nada planeada empezó mi relación con Jéssika, si ahí parados en la oscuridad de la puerta de su casa en una noche de fines de noviembre del año 2000.
Por un tiempo pensé que esos besos fueron producto de la confusión y la bronca que yo sentía en ese momento por la ruptura de mi anterior relación esa misma noche y que no iba a durar mucho tiempo, que relaciones así tienen corto tiempo de vida, más aún tratándose de personas que fueron buenos amigos, aunque la quería mucho no dejaba de pensar de esa manera, pero a la larga el tiempo me diría que estaba equivocado.
Mi relación con Jéssika duró poco más de 3 años, diría que ese tiempo a su lado fueron muy intensos y pleno de lindos momentos, detalles únicos que solo ella y yo podemos describir. Jéssika quizá fue la mujer que más me amó y también fue la mujer a la que más hice daño, digo esto porque muchas veces me porté mal con ella faltando a su confianza, siempre me sentí muy seguro de su amor, demasiado diría yo, presumiendo diciéndome que si alguna vez ella me descubría con otra chica me perdonaría a ojos cerrados, fui un verdadero idiota al pensar de esa forma. Nunca faltaba que se me insinuara una que otra niña y yo muy tontamente siempre accedía a ese juego de lujuria.
A pesar de eso seguimos la relación. Ella me amaba mucho y yo a ella, y por ese amor decidí cambiar, portarme bien, respetarla y no mirar a nadie más que a mi “beba”, así la llamaba. En realidad ella era todo lo que había buscado, una chica guapa, con un carácter lindo, decente, era muy cariñosa, me cuidaba y se preocupaba por mi, tanto en los estudios como en mi vida personal. Una tarde por iniciativa de ella decidimos sellar nuestro compromiso, como éramos muy jóvenes y no contábamos con dinero como para comprarnos un par de sortijas, Jéssika se apareció con un par de tortolos blancos de plástico uno en cada mano que representaban a nosotros dos, tomando mi mano y poniendo un tortolo encima, mirándome a los ojos y en medio de lágrimas me dijo lo mucho que me amaba, que siempre iba a ser así y que ese amor duraría eternamente, yo hice lo mismo, aquella tarde fue mágica, soltamos nuestra fantasía de cómo sería nuestro futuro. Nos prometimos que íbamos a estar juntos toda la vida.

Pasaron varios meses de aquella tarde y en una reunión de amigos a la que ella no pudo asistir por razones que no recuerdo, por cuestiones de la casualidad me volví a encontrar con mi ex, traté de evadirla toda la noche, para esto ella ya tenía conocimiento de mi relación con
Jéssika, -ambas se conocían, yo las presenté en una ocasión cuando mi ex era mi enamorada - hasta que en un momento se me acercó y me jaló del brazo hacia la pista de baile, yo ya estaba con mis tragos encima y nuevamente caí en las redes de la tentación, después de bailar varias piezas con mi ex , la noche se ponía más que ardiente, palabritas al oído, sonrisas atrevidas, miradas carcomientes, manos descontroladas y tanto así que terminé en un cuarto de hotel nada menos que con ella, mi ex.
No quiero justificarme diciendo que fue el alcohol la causa de mi debilidad, fui consciente y lo soy ahora que reconozco que me comporté como un estúpido al haber cedido y caído en la trampa de mi ex, ya que al día siguiente Jéssika recibiría la llamada de mi ex contándole todo el suceso de la noche anterior con lujo de detalles y de primera mano, yo no tenía cara de desmentirla, me sentí la peor basura, apestaba, me odié mucho, solo atiné a despedirme y darle las gracias por todo lo que me había dado, sabía que ya no me daría otra oportunidad, le fallé tantas veces que estaba seguro de que ya no había más chance en nuestra relación, la amaba tanto que ya no quería hacerle más daño.
Pasó un tiempo, yo dejé la universidad, me alejé de todo el mundo que se relacionaba de Jéssika, me cambié de ciudad, pasaron más de 3 años créeme que aún la sigo recordando y amando con la misma intensidad. Fue mi gran amiga y amante por más de 3 años, además de mi primer amor, creo que algo así, con esos ingredientes no se olvida nunca. Hay errores en la vida que se pagan muy caro y de los cuales te arrepientes eternamente.
Jéssika si alguna vez llegas a leer esto, quiero que sepas que fuiste, eres y serás una de las

personas más importantes y especiales en mi vida, ya que el amor que me entregaste fue puro, me diste muchas cosas que nadie me las ha dado hasta ahora, me enseñaste muchas cosas del amor y la amistad.
Ahora la sabiduría y la sensatez me llega cuando no me sirve para nada, quizá la falta de madurez me llevó a comportarme de esa forma, éramos tan distintos tu y yo, mientras tu querías un abrazo yo quería vacilarme, mientras tu me querías eternamente yo buscaba libertad. Ahora muy tarde me di cuenta de la linda persona que tenía al lado y no supe valorar ni amor como se debe, aquella que me regaló su corazón, ahora solo se me viene a la mente ese dicho muy conocido: “No sabes lo que tienes hasta el momento que lo pierdes”, nosotros los hombres nos volvemos imbéciles ante un par de buenas piernas, no pensamos con la cabeza pensante sino con la otra, esa que actúa por instinto animal y sexual .
Ahora después de muchos años nos volveremos a encontrar, espero con muchas ansias su llegada, tan solo el poder tenerla frente a frente y poder conversar me hará sentir muy feliz aunque no pase nada más que eso. Tengo muchas cosas que contarle. Mi vida cambió mucho desde la última vez que nos vimos y sé que la de ella también.
Esta historia continuará…estoy seguro que si…
(Continúa)