Fabián es un muchacho de no más de veintitantos años, que lleva una vida entre los sabores y sinsabores del amor, tratando y en el intento de encontrar a la mujer de su vida, en su inexperiencia con las mujeres le toca pasar por muchas aventuras, algunas divertidas, unas trágicas y otras tristes, donde literalmente juegan al ping pong con su corazón. Una divertida novela juvenil, basada en las experiencias de Fabián, que también son las mismas que le suelen suceder a muchos jóvenes de su edad. La mayoría de ellas se encuentran tatuadas en este libro, en la que él nos cuenta su vida con ellas, con las mujeres que perdió por ser un mujeriego. A algunas de ellas, les escribe cartas creyendo poder recuperarlas de alguna forma, las mismas, que por supuesto, no tienen respuesta.

Aventura bajo la cama...el placer interrumpido



Últimamente los domingos se volvieron muy entretenidos para mi, porque siempre me sucede algo curioso e inusual. Éste último domingo por la tarde me encontraba muy aburrido y un tanto estresado por el trabajo de toda la semana, tenía muchas ganas de salir a algún lado para distraerme y despejar la mente, para empezar la semana ya más renovado, con nuevos aires. Por la tarde estuve navegando por internet y chateando, hasta que en los parlantes sonó el típico y ya famoso “tukutín”, era mi gran amiga Nicole, la misma de tantas noches de aventura, después de mucho tiempo me vuelvo a comunicar con ella, en la actualidad Nicole es administradora de una de las sedes de una conocida pizzería aquí en Lima, por cuestión de trabajo nos alejamos por un tiempo muy prolongado, ella ahora solo tiene un día libre cada dos semanas y se lo dedica entero a su enamorado, nosotros nunca fuimos eso…enamorados, si bien es cierto que nos atraemos y gustamos tanto como hombre-mujer y como buenos amigos, pero nunca se me ocurrió pedirle que fuera mi enamorada. La conozco desde hace 5 años cuando ella trabajaba de anfitriona en una discoteca a la que yo gozaba frecuentar tanto por la buena música como también por la belleza de sus mujeres.

Nicole era diferente a las otras chicas del lugar y quizá fue por eso que me llamaba mucho la atención. Con decirte que Nicole es bajita, quebradita y cabello castaño, labios carnosos que me volvían loco, pero lo que más me gustaba era verla bailar, me dejaba todo baboso cuando se contorneaba al ritmo de la noche, solía fantasear con aquellos movimientos y era todo un placer para mis ojos.

Una noche de esas me decidí a sacarla a bailar, ya existía cierta empatía entre los dos, habíamos cruzado unas cuantas palabras, me atendía siempre con esa sonrisa coqueta y yo solía jugarle una que otra broma en doble sentido, de entre tanto juego una de esas noches me quedé hasta el final para esperarla y llevarla a su casa.

Ya casi amanecía y tenía al frío como aliado, ella montada en la parte trasera de mi moto abrazada a mi cuerpo fuimos directo a su casa, en el camino ella me agradecía el gesto de esperarla y acompañarla mientras me besaba en la mejilla. Al llegar a su casa, Nicole no dejaba de abrazarme y cuando creí el momento preciso me di vuelta hasta tenerla frente a mi y a centímetros de sus labios me atreví a besarla, ella no puso resistencia, al contrario me aprisiono fuertemente a su cuerpo, fue un beso muy intenso y rico a esas horas de la mañana, si mañana porque ya se podía ver los rayos del sol iluminando las calles húmedas por el frío de la madrugada. Ella estaba prisionera de mis brazos que se negaban a soltarla, aunque había mucho frio en el ambiente pero el calor era intenso entre los dos, yo sentía deseos de poseerla en ese instante y sé que ella también lo deseaba, pero no podía ser egoísta, ella estaba cansada y debía dormir. Me despedí de ella con ese saborcito a pasión en los labios y quedé en ir a visitarla continuamente, pero no en plan de amigo sino de enamorados, es lo que me dijo ella pero eso no estaba en mis planes, ella ignoraba que yo tenía novia.

La seguí visitando en la discoteca, la recogía a la salida, nuestra relación era más que unos simples amigos cariñosos, al poco tiempo se enteró de que no estaba solo, discutimos por eso en más de una ocasión, le explique que tenía una relación de varios años con otra chica, yo le propuse para dejar de vernos si eso le afectaba, la verdad me encantaba estar con Nicole, me divertía mucho y me encantaba como persona. Ella a pesar de eso decidió seguir con la relación siempre y cuando hagamos de ver a los demás que solo éramos amigos. Llevamos una larga relación siendo amigos íntimos hasta que decidió viajar a Lima de vacaciones, encontró un buen trabajo y se quedó hasta la actualidad, dejamos de comunicarnos por mucho tiempo. Yo permanecí en Iquitos unos meses más, sin planearlo mucho decidí viajar a Lima también por motivo de estudios, ya en Lima no sabía como ubicar a Nicole. Después una amiga en común me facilitó su correo, logré contactarme con ella a través del Messenger, coordinamos en encontrarnos en un parque cercano a su departamento ubicado en un conjunto de edificios en una buena zona del distrito de Surco. Desde aquel día volvimos a ser los amigos íntimos de antes, ya pasaron dos años de nuestro reencuentro, pero las cosas ya habían cambiado mucho esta vez yo me encontraba solo y ella con novio, ahora me tocaba a mi esperar a que ella se diera un tiempo o se le antojara estar conmigo.

Volviendo a aquel domingo que comenté al principio de mi narración, Nicole me pidió que fuera a verla a su departamento, pues se encontraba muy triste porque había discutido con su novio, yo acepté. Aquella noche ya en el lugar Nicole me esperaba en el portón principal del edificio se encontraba tan linda como siempre con esa manera tan coqueta que tiene al vestir, recuerdo que llevaba un top con manga tres cuartos lila y unos jeans pegaditos que dejaban notar sus lindas pompas, ella iba delante mío mientras subíamos las escaleras y para entrar en confianza esa noche y para no dejar pasar las ganas de acariciar lo más bonito que tiene, de broma en broma le palmoteaba las nalgas hasta que llegamos al quinto piso en donde se ubica su depa.

Al entrar ella se tiro muy de prisa sobre la cama, cogió el control de la tele y la encendió, yo hice lo mismo pero daba la espalda a la tele como para que ella se concentre más en mi. De esa manera empezamos a platicar acerca de lo que le había sucedido con su novio, mientras la escuchaba yo iba preparando las palabras precisas para arremeter en contra de mi enemigo de turno, o sea el novio, ya que de esa manera ella tendría más tiempo para mi, mal amigo o buen amigo en fin, lo que aquí valía era deshacerme del tipo.

Después de media hora de charla, ella me dijo: “ay no Fabián, me siento triste, no se que hacer, te llamé por que tu siempre me pones de buen humor, me alegras, así que endúlzame la vida”, en eso casualmente yo traía en el bolsillo derecho unos caramelos que había comprado a un niño que me los vendió en la combi, abrí uno y me lo puse entre los labios mientras la llamaba con el dedo, quise ser directo porque ya había pasado mucho tiempo, la noche se acortaba y ella estaba deseosa de que yo le alegrara la noche. Ella se acercó suavemente, al comienzo no quería, bastó con un jalón del brazo para que estuviera literalmente encima mío, ya que nos encontrábamos recostados en la cama; empezamos a besarnos, el caramelo pasó a un segundo plano, mis manos la acariciaban, las vestimentas salían volando por toda la habitación, los fluidos salivales iban y venian de nuestras bocas que parecían no separarse nunca, nuestros cuerpos desnudos ya no tenían freno ante la pasión, adrenalina y lujuria que había en esas cuatro paredes.
Yo ya estaba por llegar a la plenitud del éxtasis y del placer hasta que de pronto sonó tres golpes fuertes en la puerta “toc, toc, toc”, de inmediato di un salto de la cama, ella se puso alerta y coincidentemente dijimos al mismo tiempo “Carloooooss!!!”…su novio llamaba a la puerta y yo saltaba desnudo por toda la habitación sin saber donde meterme, pensé en un momento hacerlo en el baño, descarté la idea porque él en cualquier momento podría entrar allí y si me encontraba hubiera podido colgarme de los huérfanos que los tenía expuestos, ¿en el closet? Noooo después para salirme de él sería el problema, así que recogí mis ropas y así desnudo me metí bajo la cama, boca abajo con el pecho sobre el frío cemento de aquel departamento, desde allí solo podía ver el movimiento de los pies de Nicole mientras se vestía rápidamente y tenía como sonido de fondo los gritos desaforados de Carlos allá fuera de la puerta que insistía por entrar.

Nicole abrió y lo atendió en la puerta, discutieron unos minutos, la espalda me sudaba, mi pecho se congelaba, mientras que una cucaracha caminada por mi pierna, ya estaba loco por salir de ese lugar, ella cerró la puerta y escuche que se alejaban, ya todo en silencio decidí salir de la clandestinidad de mi refugio, ya me sentía como el protagonista de alguna película pendenciera de Hollywood.

Me cambié velozmente y abrí un poquitín la puerta como para ver si había alguien afuera, el pasillo estaba desolado, me escurrí del departamento, escuché que alguien subía, eran ellos porque seguían discutiendo, camine en dirección contraria a las escaleras y me escapé por otra salida que tenía el edificio.

Fue una noche cargada de muchas emociones y adrenalina, estuvo muy divertida pero no quisiera volver a vivirla, quizá hice mal en someterme a tal aventura con una mujer que tiene pareja por más buena o mala amiga que sea, mi lógica me dice que esta acción es prohibida, pero esta vez me dejé llevar por el niño travieso que tengo dentro, aquel que le gusta vivir al borde de los límites del bien y del mal, no entiende de censuras morales, solo busca divertirse. Estoy seguro que con el tiempo, las experiencias y la madures que ellas me traigan pueda cambiar esto.

Ya en el carro que me llevaba de vuelta a casa, recibo un mensaje de texto en mi celular, era de Nicole “¿Fabián vuelves el próximo domingo?” a lo que yo solo atiné a responder “No lo creo”.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja, aunque no debería hacer gracia es que no pensaba que cosas así suceden en realidad. Digo, un marido o novio en la puerta y un amante en el armario o bajo de la cama. :) Una pena que se te cortó el rollo pero por otro lado, está bien que no pasó nada más porque así ella tiene la oprtunidad de arreglar las cosas con su novio sin mucho sentimiento de culpa. Eso si la historia es verdadera. :)

Durazno chapeado dijo...

tons, fuiste el Sancho?! :)
Pero estoy de acuerdo con Costa, no pasó nada. Y tú quedaste con todos los huesos enteros! ;)

Anónimo dijo...

jajaaja que divertido, bajo la cama ya me imagino que el frio te habra bajado la moral. cheverisimo

Anónimo dijo...

que verguenza, me pregunto que habria pasado si te encontraba el novio

Anónimo dijo...

Recientemente me encontré con tu blog y han sido a lo largo de la lectura. Pensé que dejaría a mi primer comentario. No sé qué decir, excepto que he disfrutado de la lectura. Niza blog. Voy a seguir visitando este blog muy a menudo.

Julissa

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