
Nicole era diferente a las otras chicas del lugar y quizá fue por eso que me llamaba mucho la atención. Con decirte que Nicole es bajita, quebradita y cabello castaño, labios carnosos que me volvían loco, pero lo que más me gustaba era verla bailar, me dejaba todo baboso cuando se contorneaba al ritmo de la noche, solía fantasear con aquellos movimientos y era todo un placer para mis ojos.
Una noche de esas me decidí a sacarla a bailar, ya existía cierta empatía entre los dos, habíamos cruzado unas cuantas palabras, me atendía siempre con esa sonrisa coqueta y yo solía jugarle una que otra broma en doble sentido, de entre tanto juego una de esas noches me quedé hasta el final para esperarla y llevarla a su casa.
Ya casi amanecía y tenía al frío como aliado, ella montada en la parte trasera de mi moto abrazada a mi cuerpo fuimos directo a su casa, en el camino ella me agradecía el gesto de esperarla y acompañarla mientras me besaba en la mejilla. Al llegar a su casa, Nicole no dejaba de abrazarme y cuando creí el momento preciso me di vuelta hasta tenerla frente a mi y a centímetros de sus labios me atreví a besarla, ella no puso resistencia, al contrario me aprisiono fuertemente a su cuerpo, fue un beso muy intenso y rico a esas horas de la mañana, si mañana porque ya se podía ver los rayos del sol iluminando las calles húmedas por el frío de la madrugada. Ella estaba prisionera de mis brazos que se negaban a soltarla, aunque había mucho frio en el ambiente pero el calor era intenso entre los dos, yo sentía deseos de poseerla en ese instante y sé que ella también lo deseaba, pero no podía ser egoísta, ella estaba cansada y debía dormir. Me despedí de ella con ese saborcito a pasión en los labios y quedé en ir a visitarla continuamente, pero no en plan de amigo sino de enamorados, es lo que me dijo ella pero eso no estaba en mis planes, ella ignoraba que yo tenía novia.
La seguí visitando en la discoteca, la recogía a la salida, nuestra relación era más que unos simples amigos cariñosos, al poco tiempo se enteró de que no estaba solo, discutimos por eso en más de una ocasión, le explique que tenía una relación de varios años con otra chica, yo le propuse para dejar de vernos si eso le afectaba, la verdad me encantaba estar con Nicole, me divertía mucho y me encantaba como persona. Ella a pesar de eso decidió seguir con la relación siempre y cuando hagamos de ver a los demás que solo éramos amigos. Llevamos una larga relación siendo amigos íntimos hasta que decidió viajar a Lima de vacaciones, encontró un buen trabajo y se quedó hasta la actualidad, dejamos de comunicarnos por mucho tiempo. Yo permanecí en Iquitos unos meses más, sin planearlo mucho decidí viajar a Lima también por motivo de estudios, ya en Lima no sabía como ubicar a Nicole. Después una amiga en común me facilitó su correo, logré contactarme con ella a través del Messenger, coordinamos en encontrarnos en un parque cercano a su departamento ubicado en un conjunto de edificios en una buena zona del distrito de Surco. Desde aquel día volvimos a ser los amigos íntimos de antes, ya pasaron dos años de nuestro reencuentro, pero las cosas ya habían cambiado mucho esta vez yo me encontraba solo y ella con novio, ahora me tocaba a mi esperar a que ella se diera un tiempo o se le antojara estar conmigo.
Volviendo a aquel domingo que comenté al principio de mi narración, Nicole me pidió que fuera a verla a su departamento, pues se encontraba muy triste porque había discutido con su novio, yo acepté. Aquella noche ya en el lugar Nicole me esperaba en el portón principal del edificio se encontraba tan linda como siempre con esa manera tan coqueta que tiene al vestir, recuerdo que llevaba un top con manga tres cuartos lila y unos jeans pegaditos que dejaban notar sus lindas pompas, ella iba delante mío mientras subíamos las escaleras y para entrar en confianza esa noche y para no dejar pasar las ganas de acariciar lo más bonito que tiene, de broma en broma le palmoteaba las nalgas hasta que llegamos al quinto piso en donde se ubica su depa.
Al entrar ella se tiro muy de prisa sobre la cama, cogió el control de la tele y la encendió, yo hice lo mismo pero daba la espalda a la tele como para que ella se concentre más en mi. De esa manera empezamos a platicar acerca de lo que le había sucedido con su novio, mientras la escuchaba yo iba preparando las palabras precisas para arremeter en contra de mi enemigo de turno, o sea el novio, ya que de esa manera ella tendría más tiempo para mi, mal amigo o buen amigo en fin, lo que aquí valía era deshacerme del tipo.

Ya en el carro que me llevaba de vuelta a casa, recibo un mensaje de texto en mi celular, era de Nicole “¿Fabián vuelves el próximo domingo?” a lo que yo solo atiné a responder “No lo creo”.